lunes, 27 de junio de 2016

Salida de la zona de confort y miedo al fracaso.

No podemos vivir toda nuestra vida en nuestra zona más cómoda o en el lugar que nos brinda comodidad así esto nos haga infelices. Esto tardé mucho tiempo para comprenderlo y una vez que tomé el riesgo de tomar una decisión diferente, acerté y comprendí que la vida se trata de disfrutarla al máximo.

Conozco muchísimas personas que siguen dentro de su zona de confort, quizás por miedo a arriesgarse, a que las cosas no le salgan como planearon inicialmente y principalmente por miedo a sentirse fracasados.

Me ocurrió una experiencia muy personal con una amiga. Ella era una persona con pensamientos muy negativos, tenía que estar súper segura de que lo que quería le iba a salir bien para poder hacerlo. Nadie la cuestionaba, puesto que todos a su alrededor pensaban igual que ella. Me costó muchísimo hacerla entender que la vida es una sola, que estamos aquí para vivir y experimentar cualquier cosa que deseemos. Al principio no me decía nada, no quería compartir su motivo para quedarse en esa espantosa zona de confort. Pasé días y días charlando con ella y explicándole el por qué es bueno tomar riesgos, el por qué es bueno salir de la zona de confort y arriesgarse por conseguir algo que quieres.

Después de semanas, ella me confesó que prefería quedarse en su zona de confort porque le temía al fracaso. Textualmente le respondí: "¿Al fracaso? Pero si el fracaso no existe, el fracaso es una sensación mental que desarrollas porque no anticipaste un resultado no tan positivo para la acción que realizaste."

Y es así, toda situación en la vida tiene su acción y reacción. Es decir, cuando tú quieras realizar, lograr o conseguir algo en específico, tienes que imaginarte los posibles resultados de esa acción. Y no sólo tienes que imaginar resultados positivos, porque al tú adelantarte a los hechos e imaginar un posible desenlace un tanto negativo (cuando lo que querías no lo obtienes de la forma en que querías o no resulta tan bien como esperabas), al ver el desenlace real o la respuesta a lo que hiciste, así salga mal no sentirás que fracasaste. ¿Por qué? Simplemente porque fuiste un paso más allá y ya te imaginabas que eso podía ocurrir y por eso no viene la sensación de fracaso, sólo sentirás que no lo ejecutaste tan bien como debías y te motivarás a buscar diferentes caminos y alternativas para lograrlo. 

Luego de explicarle todo esto, ella comenzó a dejar de lado su miedo al fracaso e incluso desechó esa palabra de su vocabulario. Pero aún seguía en su zona de confort y no quería salir de ella.

Le expliqué que la zona de confort es aquella zona en la que nos sentimos seguros, porque tenemos la capacidad de conocer y controlar todo lo que está en ella. También le expliqué que no podemos quedarnos en nuestra zona de confort, porque esto hace que nos perdamos muchas cosas que la vida nos ofrece y muchas experiencias y aprendizajes que podemos obtener.

Me preguntó como podía salir de ella. La respuesta es muy sencilla, sólo tienes que hacer cosas que jamás hubieses imaginado que harías, hacer todo a lo que no estás acostumbrado. Viajar, conocer nuevas culturas, aprender nuevos idiomas, intercambiar diferentes puntos de vista, entre otros. Tomar riesgos sin saber que pasará más allá, es decir; arriesgarte sólo sabiendo lo que está pasando en el momento. 

Luego de terminar de explicarle muchas cosas, ella por fin decidió salir de su zona de confort y actualmente es una persona que toma riesgos para conseguir lo que quiere. Es una persona que es capaz de enfrentar su miedos con tal de vivir y aprender nuevas cosas.

Para terminar, puedo decir que esa fue una de las experiencias más gratificante que he tenido en mi vida. El poder ayudar a una persona a crecer, a cambiar y a hacer cosas que jamás había hecho es algo que me llena de satisfacción y que me ayuda a crecer. Siempre digo que estamos en esta vida para ayudar a cambiarle la vida a alguien más y para que llegue alguien y nos cambie la nuestra, porque de eso se trata ¿no? De ir conociendo y aprendiendo, de ir rompiendo esquemas y barreras, de ir pensando y tomando decisiones basados en lo que creemos y sentimos como personas sin dejarse influenciar por nadie más.